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El eco del pasado: aborto e infanticidio en el espejo moral

Desde la antigüedad hasta hoy, el vínculo entre aborto e infanticidio se dibuja como una continuidad moral que pocas veces reconocemos. 



En su artículo We Are Repaganizing, Louise Perry sostiene que décadas atrás —y en muchas culturas antiguas— no se distinguía entre terminar un embarazo o eliminar un recién nacido: ambas acciones respondían a razones similares: pobreza, discapacidad, carga familiar. Al traspasar el umbral de la modernidad, adoptamos límites morales a estas prácticas, pero ¿qué ocurre cuando esos límites se vuelven difusos otra vez?

El cristianismo, afirma Perry, jugó un papel decisivo en romper esa continuidad pagana. Fue a través de su moral y normativa que muchas sociedades comenzaron a repudiar el infanticidio, imponiendo leyes en el imperio romano para sancionar tanto el infanticidio como, posteriormente, el aborto. Hoy, sin embargo, Perry argumenta que esa autoridad moral ya no domina el horizonte cultural, lo que abre paso a una “repaganización” moral donde las justificaciones clásicas vuelven a ser debatidas. 

Lo que hace singular el enfoque de Perry es su posición crítica: aunque no se identifica como cristiana, considera el aborto algo moralmente serio, no trivial. Rechaza la visión reduccionista que lo ve como un simple acto médico o de derechos individuales, subrayando que hay una carga ética ineludible al interrumpir una vida potencial. En su visión, las discusiones progresistas que desestiman este peso moral ignoran que toda cultura está fundada sobre criterios valorativos, no puramente técnicos.

Sin embargo, el movimiento hacia una moral más secular no necesariamente implica que desaparezcan las reservas sobre la vida. Perry rescata que muchas personas que apoyan el derecho al aborto aún sienten un peso interno. Critica el discurso maximalista que afirma que “todas las abortos son buenos” y defiende lo que fue un consenso moderado: que el aborto debe ser legal, pero también raro y doloroso. Esa tensión revela que la modernidad no ha borrado por completo la forma en que antiguas nociones de sacralidad y vulnerabilidad siguen operando en nuestras conciencias.

Perry conecta además el debate contemporáneo con filósofos que han llevado la lógica del aborto al infanticidio. Autores como Peter Singer han argumentado que, si no existe una clara línea ética entre feto y recién nacido, algunas muertes neonatales podrían tener respaldo moral. Esta propuesta radical no es extrapolada por Perry sin caution, pero la utiliza para ilustrar cuán profundo puede caer una cultura que abandona sus anclajes morales más sólidos.

Al final, la tesis central es inquietante: cuando la moral cristiana pierde su centralidad, no solo debatimos más libremente el aborto, sino que podemos empezar a cuestionar directamente la protección del recién nacido. Eso, argumenta Perry, es la “repaganización” en acto: un retorno a valores antiguos cuya cruel lógica puede reaparecer si no somos conscientes del entramado ético sobre el que vivimos. 

Fuente: Louise Perry, “We Are Repaganizing”, First Things

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